El corrido como espejo de la sociedad mexicana
Culiacán, Sinaloa.– En su conferencia magistral Perfiles heroicos en el corrido mexicano: una mirada al último cuarto de siglo, el investigador Juan Carlos Ramírez Pimienta, profesor de la Universidad Estatal de San Diego, analizó la transformación del corrido como reflejo de los valores sociales, económicos y morales de México.
“El corrido es un espejo de la sociedad”, señaló el académico, al destacar que este género popular ha mantenido viva su esencia a través de una conexión emocional profunda entre compositor, intérprete y público.
Del héroe revolucionario al ícono del narcocorrido

Ramírez Pimienta explicó que la noción de heroísmo en los corridos ha cambiado con el tiempo. A partir de los años ochenta, con figuras como Rafael Caro Quintero, el héroe dejó de ser solo valiente: ahora debía ser rico, desafiante y benefactor, en un país golpeado por la crisis económica.
“El héroe ya no solo era valiente, también debía repartir su riqueza. Esa fue la semilla de la narcocultura”, afirmó.
El investigador señaló que el fenómeno del narcocorrido se consolidó como una forma de resistencia simbólica, donde el criminal se convierte en una figura de poder popular ante la ausencia del Estado.
Crisis, juventud y corridos tumbados
Durante su análisis, Ramírez Pimienta abordó la evolución hacia los corridos alterados y tumbados, subgéneros que reflejan un cambio generacional y emocional.
Mencionó que canciones como La codeína de Natanael Cano representan “una generación deprimida que ya no glorifica la violencia, sino el malestar y la ansiedad juvenil”.
Del barrio al mundo: globalización del corrido
El académico subrayó que los corridos tumbados han trascendido fronteras y hoy son escuchados en países como Francia, Japón e Inglaterra, incluso por públicos que no comprenden el idioma, pero sí conectan con su carga emocional.
“Antes cantábamos en inglés sin entenderlo; ahora ellos cantan nuestros corridos sin hablar español”, comentó.
El narcocorrido como identidad y empoderamiento
Ramírez Pimienta también destacó que, en Estados Unidos, los narcocorridos funcionan como un mecanismo de defensa y empoderamiento entre comunidades migrantes.
“Son una forma de afirmación cultural frente a la discriminación y el miedo a la deportación”, explicó.
Conclusión: la vigencia del corrido
El investigador concluyó que el corrido mexicano sigue vivo y en constante transformación:
“El corrido canta lo que hay. Si queremos que terminen los corridos violentos, debe terminar la violencia. México canta a lo positivo, pero tiene que haber positivo en México para que cante”.


 
			 
                                 
                              
		 
		 
		