La historia de poder, desconfianza e investigaciones que hoy lo tienen frente a un juez en Culiacán, bajo fuertes acusaciones de corrupción.
El exalcalde de Ahome, Gerardo Vargas Landeros, ha pasado de ser una de las figuras más visibles del noroeste del país a estar al centro de un proceso judicial que podría cambiar su vida para siempre. Actualmente separado de su cargo, Vargas enfrenta una serie de acusaciones que incluyen abuso de autoridad y delitos cometidos contra el servicio público y la procuración y administración de justicia.
Este lunes fue trasladado a Culiacán para finalmente presentarse ante el juez, luego de haber faltado a cuatro audiencias previas, lo cual había retrasado el proceso judicial. Su ausencia más reciente, que debía resolverse hasta el 12 de junio, generó sospechas y fue considerada por la Fiscalía como una posible maniobra dilatoria.
Las acusaciones formales: abuso de autoridad y deslealtad al servicio público
Según el oficio N. 699/2025 emitido por Rocío Aguilar Zazueta, directora de la Unidad de Litigación Oral de la región Centro Norte, Gerardo Vargas es buscado por su probable intervención en hechos constitutivos de delitos de abuso de autoridad y delitos cometidos por servidores públicos. Ambos cargos están contemplados en el Código Penal y el Código Nacional de Procedimientos Penales como delitos graves.
El documento, fechado el 28 de mayo de 2025, ordena a la Inspección General Especializada en Mandamientos Judiciales la búsqueda, localización y presentación inmediata del imputado ante el juez de control, Carlos Alberto Herrera, del Centro Penitenciario de Aguaruto.
Irregularidades financieras por millones de pesos
A las acusaciones legales se suman las investigaciones sobre presuntos desvíos millonarios de recursos durante su administración como alcalde. Se habla de más de 150 millones de pesos desviados del erario y de la adjudicación opaca de un contrato por 83 millones de pesos para el arrendamiento de patrullas, sin la debida justificación ni sustento operativo.
El caso ha sacudido a la opinión pública en Sinaloa, sobre todo por la falta de transparencia, el uso indebido de recursos y la evidente evasión del debido proceso judicial.
El rostro de la impunidad o el inicio de la justicia
Vargas compareció finalmente ante el juez con una actitud relajada, evitando responder con claridad a los medios y lanzando comentarios evasivos. Sin embargo, el escenario judicial no parece favorecedor: los delitos por los que se le acusa podrían costarle entre 12 y 25 años de prisión, inhabilitación para cargos públicos y una fuerte reparación de daño al erario.
Este caso marca un precedente en Sinaloa sobre la vigilancia al ejercicio del poder municipal y la lucha contra la corrupción. De comprobarse las acusaciones, podría convertirse en uno de los castigos más ejemplares contra un funcionario de alto perfil en los últimos años.
La ciudadanía, por su parte, sigue atenta al desarrollo de este juicio que podría redefinir el concepto de justicia en el estado.