Culiacán, Sin.– La noche del miercoles fue escenario de alta intensidad en el Estadio Tomateros, donde Culiacán y Charros de Jalisco protagonizaron dos peleas consecutivas durante el tercer duelo de su serie de rol regular en la Liga Mexicana del Pacífico (LMP).

Ambos equipos mantienen una de las rivalidades más fuertes de la última década, con tres finales disputadas y siete campeonatos combinados en los últimos once años, lo que generó un ambiente de alta competencia desde el inicio.
El origen del conflicto
Durante el tercer episodio, el lanzador de Charros, Luis Payán, golpeó con un lanzamiento de 88 millas al bateador Ramón Ríos, de Tomateros, lo que desató la molestia del jugador guinda.
Ríos mostró intención de encarar al pitcher, lo que provocó que las bancas se vaciaran. Aunque en un inicio pareció un conato menor, el ambiente se tensó rápidamente.
La segunda bronca y el caos en el diamante

En la quinta entrada, Payán volvió a pelotear a Ríos, quien esta vez corrió hacia el montículo antes de ser detenido por el receptor. Ambos cayeron al suelo y comenzó una pelea generalizada que se extendió desde la lomita hasta el jardín central, con empujones y golpes visibles en la transmisión.
El pleito duró varios minutos y fue contenido por el cuerpo técnico y los árbitros, permitiendo la reanudación del juego tras la expulsión de algunos jugadores.
Tomateros gana y barre la serie

Pese a la tensión, Tomateros de Culiacán mantuvo la concentración y venció 9-4 a Charros de Jalisco, consiguiendo la barrida y sumando un récord positivo de 14 victorias y 12 derrotas, colocándose en la parte alta del standing de la temporada 2025-2026.

